Los navegadores vienen desde hace unos años con el que se conoce como modo privado, el cual se encarga de proteger nuestra privacidad, o al menos eso es lo que los usuarios se creen que hace.
Digo que se creen que hace, porque en realidad protege la privacidad de un modo bastante básico. Si te vas a Archivo, en la parte superior izquierda de tu pantalla, con el navegador abierto, verás que está la opción, así que puedes probarla.
En realidad, lo que hace es no guardar las direcciones en el historial, se borran al cerrar el navegador, y tampoco guarda las cookies, por lo que no pueden rastrear nuestra navegación, o al menos esa es la teoría.
La realidad es que para que lo único que sirve esta opción es para que la gente con la compartes tu ordenador no sepa qué páginas has estado viendo.
Hoy comento esto porque ahora leo de vez en cuando sobre privacidad y la gente tiene una falsa sensación de seguridad cuando usa el navegador con esta opción.
El rastreo se puede hacer igual, ya que esta opción sólo actúa sobre el navegador, de manera que no borra las cookies que sí almacenan otros programas, como Flash, cuando navegamos.
Además, y esto es lo más importante, no hay que olvidar que a la hora de identificarnos, lo que se suele usar es nuestra IP, la cual queda almacenada en nuestro ISP, es decir, en nuestro proveedor de Internet.
De esta manera, con una orden judicial la compañía de servicios de Internet nos puede identificar en un momento, pues la IP es como un número de teléfono, que está asociado a nosotros. Estos datos se guardan, por lo que son fáciles de recuperar.
Así, si quieres tener privacidad real, lo mejor es que uses la red TOR o contrates un VPN, olvidándote de usar la opción de navegar de forma privada o de incógnito con tu navegador.