Los nuevos modelos presentados por la compañía coreana Samsung, los Galaxy S7 y Galaxy S7 Edge, no paran de dar de que hablar, desde su lanzamiento han sido muchas las buenas críticas que han generado los tan potentes dispositivos, pero, no todo lo que brilla es oro, recientemente se ha descubierto, que dichos modelos no disponen de una de las últimas tecnologías introducidas por Qualcomm, en sus más recientes chipsets, esta se trata de Quick Charge 3.0, que al parecer no es soportada por el nuevo buque insignia de la compañía, por lo que sus usuarios solamente podrán utilizar Quick Charge 2.0, algo realmente penoso para la compañía.
Todo es gracias a las variantes en chipsets y el cargador incluído
La razón principal por la cual los poseedores del nuevo dispositivo deberán conformarse con la tecnología presentada el año pasado, es debido a que, Samsung ha producido dos variantes del Galaxy S7, una de ellas posee el procesador Exynos 8, mientras que la otra, contiene en su interior el Snapdragon 820, gracias a esto, la compañía se vio obligada a incluir un cargador estándar en el paquete, por lo que los usuarios que cuenten con el modelo de Snapdragon, no podrán exprimir todo el potencial de velocidad de carga, a menos claro, que hagan la compra de un cargador con otras especificaciones, lo cual no es recomendable ya que no se ha fabricado aun de forma oficial por Samsung.
Lo cierto es que esto no ha agradado a la comunidad de usuarios, puesto que, un dispositivo del 2016, y de tal precio, no debería de carecer de esta característica, la cual, es un estándar utilizado por los teléfonos gama alta de este año, y representa, un gran salto en cuanto al nivel de carga de la batería, que puede alcanzar un porcentaje de un 80%, en tan solo 30 minutos, por lo que Samsung debería hacer algo al respecto.