Con la llegada de las Navidades la gente se lanza a comprar, y estas fechas son propicias para adoptar las nuevas tecnologías como la resolución 4K, que supone una nueva revolución en cuanto a la calidad de imagen.
Por eso, en estas Navidades mucha gente va a cambiar su monitor de ordenador por uno 4K, pero lo cierto es que no es una compra que recomiende, por las razones que vamos a ver a continuación.
La mayor parte de los monitores 4K que se están vendiendo ahora no son 4K realmente. Para que un monitor sea 4K tiene que tener una resolución de 4.096 × 2.160 puntos y la mayor parte de los monitores que se venden ahora no llegan a esa resolución, por lo que en realidad no son 4K.
Por otra parte tenemos el problema de las tarjetas gráficas, muchas de las cuales usan el estándar HDMI 1.4, el cual no es capaz de transmitir la imagen a esas resoluciones.
Si no son suficientes los problemas, para que la tarjeta gráfica fuese capaz de alcanzar la resolución 4.096 × 2.160 puntos, tendrías que gastarte alrededor de 1000 euros sólo en este componente, por lo que ahora mismo no es una inversión demasiado rentable para el usuario doméstico.
Por último, pero no menos importante, está el tema de los precios de los monitores. Si quieres un monitor 4K auténtico, con un panel IPS, tendrás que gastar unos 2500 euros, que se quedan en 800 si te conformas con un panel de menor calidad.
Resumiendo, estos monitores aún no son para el gran público, pues para aprovechar al resolución 4K tendrías que gastarte más de 3000 euros, lo que no está al alcance de muchas personas.
Lo mejor que puedes hacer es esperar al menos a la Navidad del año que viene, donde los precios serán más bajos al popularizarse la nueva resolución, aunque es posible que ni siquiera el año que viene merezca la pena el cambio.