Mientras en muchos países los gobiernos no saben qué hacer con los drones, en los más serios las personas se están dedicando a sacar partido a estos nuevos aparatos voladores.
En Holanda, uno de los países más desarrollados de la UE, un estudiante de ingeniería ha encontrado una nueva utilidad a estas pequeñas naves. Se trata de ejercer tareas de emergencias, llevando material médico.
El dron que ya está en pruebas puede cargar hasta dos kilos de peso, y entre su equipamiento está un desfibrilador, fundamental para los casos de infarto, ya que la diferencia entre tener uno cerca y no tenerlo es la muerte.
En las grandes ciudades, en muchas ocasiones llegar hasta el enfermo es un problema grave, debido al tráfico y a las aglomeraciones de gente. El dron no tiene ese problema y puede ser manejado a distancia gracias a la cámara que llega incorporada.
Cuando llega hasta la zona en donde está la persona que necesita ayuda, gracias a la cámara y a un sistema de voz, el médico puede evaluar la situación e ir indicando a la persona que está con el enfermo lo que tiene que hacer.
Esto puede ser muy útil para que la persona reciba los primeros auxilios mientras llegan los médicos, unos primeros auxilios que en el caso de un infarto pueden ser vitales.
Como puede cargar todo tipo de material médico, hasta los dos kilos, puede ser útil en cualquier situación en la que se requiera un médico, pero en el que no se pueda acceder al enfermo de inmediato.
Esperamos que el proyecto tenga éxito y que se extienda lo máximo posible, pues hay que aprovechar la tecnología para salvar vidas, dejando de lado las polémicas que hay sobre los drones en algunos países como España, que quiere restringir su uso.