El FBI, contrario a muchos, hizo recomendaciones de no demandar a Hillary Clinton respecto al caso del servidor de correo electrónico privado. No obstante, el director del FBI James Comey logró desmentir la versión de los hechos contada por la ex secretaria general.
Al respecto, puso en evidencia la falsedad de sus declaraciones sobre el servidor privado o lo que ella había enviado o recibido; esto durante una declaración de 15 minutos ante la prensa en la cual no aceptó preguntas.
El director Comey eximió a Clinton en términos legales; pero ofreció gran cantidad de material que podrían hacerle quedar mal ante la opinión pública de los votantes. Entre los hallazgos más turbios fueron 110 correos enviados y recibidos con información clasificada; poniendo esto en contraposición con declaraciones de Hillary Clinton, alegando nunca haber tratado con información clasificada alguna.
En las declaraciones de Comey, rechazó la forma en que Clinton y sus colaboradores manejaron de manera extremadamente negligente la información clasificada, durante su período como Jefa del Departamento de Estado.
Del mismo modo, Comey aseguró que Clinton habría usado más de un servidor de correo electrónico privado durante este tiempo. Los abogados usados por Clinton para separar sus correos electrónicos profesionales de los privados nunca leyeron todos los emails.
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Si bien el FBI no halló evidencia de hackeo por parte de gobiernos extranjeros hacia el servidor privado de Clinton; la posibilidad no es remota. Afirmó la eliminación de los correos que habían sido etiquetados como personales pero contenían material profesional; a lo cual el FBI en efecto pudo corroborar la existencia de mensajes imposibles de hallar. La ex secretaria del Departamento y sus colaboradores eliminaron más correos de los entregados al Departamento de Estado.
Sin embargo, el director del FBI admitió el martes que si bien su recomendación de no imputar cargos era inusual; se debía escuchar a sus recomendaciones dado el interés público del caso.