Ya han sido muchas las veces las que hemos hablado de todas las posibilidades que encierra el coche autónomo. Un coche autónomo que puede tener muchas ventajas y muchos problemas si lo analizamos de cerca. Sin embargo, una de las pruebas definitivas que se están planteando para este tipo de vehículos va a ser construir una ciudad, con el objetivo de tratar de que falle en algo. En otras palabras, antes de lanzarlo y ver su solvencia, se pretende simular todo su comportamiento en un escenario lo más real posible ya que es mucha la inversión que se quiere realizar sobre este tipo de proyectos.
La ciudad en cuestión es la denominada como Ann Arbor y está anclada en el estado de Michigan. Una ciudad que si ya de por sí se está convirtiendo en el centro de muchas de las pruebas de este ingenio, ahora lo que se pretende es construir una zona que esté plenamente dedicada a este tipo de coches. Una ciudad que tiene la peculiaridad de que va a presentar una serie de elementos que en un principio no está previstas por el coche. De hecho, todo lo que allí se encuentre como pueden ser peatones, semáforos o incluso intersecciones será, digamos, especial.
Incluso se construirán zonas con túneles o escasa visibilidad en las que la cobertura GPS quedará muy mermada y debilitada. Una prueba de fuego que será un buen medidor para saber si los coches autónomos valen realmente la pena a día de hoy. Y es que como decimos, hasta el momento, solo se han hecho pruebas en escenarios ideales y todas las ha pasado con éxito pero, ¿qué pasaría si pasan por un túnel o se meten por una zona en obras que no estaba prevista dentro de los mapas que incluye la información del GPS?